Julieta Hanono

Julieta Hanono

Dialogo con el patrimonio

El Museo de la Cárcova presentó la exposición “Traducir la impenetrable” de la artista Julieta Hanono, con curaduría de Andrea Giunta.
Séptima exposición del ciclo de Diálogo con el Patrimonio, en la que la obra de la artista Julieta Hanono intervino las salas del Museo en diálogo con la colección permanente de calcos escultóricos. Traducir la impenetrable entrelaza palabras e imágenes en un intercambio que cita las experiencias de una travesía desde el Impenetrable, selva chaqueña que la artista feminiza y traduce. Desde la reverberación entre palabras e imágenes la artista conecta vivencias junto a la comunidad qom, con la obra de poetisas latinoamericanas. En esta fricción se despliega una red que integra literatura, cultura y traducción.

En palabras de la curadora, Andrea Giunta: “Se trata de núcleos de sentido que se tejen con otros preexistentes, los del museo de calcos. Salas en las que las copias exactas de obras icónicas de la historia del arte (calcos de bajorrelieves, calcos de esculturas célebres) ritman una presencia monocroma, de distintas proporciones, en la que Hanono instala sus intervenciones.
En torno al David que replica el de Miguel Ángel, Julieta traza una red imaginaria entre las poetas latinoamericanas. Trama, como una araña, líneas de colores que remiten a la lucha feminista, a la demanda de legalización del derecho a decidir sobre el propio cuerpo, a la separación entre la Iglesia y el Estado. Los nombres de Alejandra Pizarnik, María Negroni, Silvina Ocampo, entre otros, se ponen en contacto desde ese dibujo que atraviesa el tiempo.
La segunda constelación es la que se gesta a partir de sus intercambios con la comunidad qom. Con Arsenio, quien traduce a qom su texto, y que posee el don de atrapar la vida animal en pequeñas formas de barro; y con Ruperta, que selecciona y traslada especies vegetales desde el Impenetrable, en la provincia del Chaco, a Rouillón, en las afueras de Rosario, donde se estableció su comunidad ante la devastación de la selva. El centro de la exposición lo ocupa la manada de pequeños animales de barro que remiten, en su acumulación y en su contacto, a la furia contra la naturaleza que opera desde el poder destructor de lo humano. La textura animal propone otro parámetro en las jerarquías que deciden los tiempos del planeta.

Entre los relieves prehispánicos se dispusieron vitrinas con impresiones del herbario de Ruperta, de su jardín mágico. Se trata de estampas de esta vegetación realizadas en colaboración con el taller litográfico del Museo de la Cárcova.
En la sala de exposiciones temporarias, una instalación audiovisual reflejó el sonido en capas superpuestas de la naturaleza de las cataratas, que se oyen desde el herbario, y que evocan el conflicto entre la naturaleza y la cultura de la expoliación.
Otra de las instalaciones, la obra Una capucha de nubes, imprimió en blanco sobre blanco el tiempo de la traducción. Una referencia al estar entre dos lenguas, a la travesía entre culturas, en la que se interroga: “¿qué es el feminismo sino la transformación, el giro desde uno mismo hacia otrx que problematiza lo impuesto, lo normado?”

Curadora: Andrea Giunta

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