De la Cárcova dedicó sus últimos años de vida a convertir estas tierras, cedidas por el Ministerio de Agricultura, en un “ambiente de libertad espiritual de intensísima labor y de alto ideal artístico”, según sus propias palabras. Para ello, junto con la ayuda de sus primeros/as estudiantes, despejó los jardines, donó sus propios muebles y gestionó la importante compra de calcos escultóricos en yeso que hoy conforman la colección del Museo de la Cárcova - UNA.

En esta sala se podrá conocer la historia fundacional de la institución a través de documentación, imágenes de la época y material complementario, al cual el público visitante podrá acceder a través de códigos QR, con documentos inéditos que acompañan la experiencia.

El presente espacio procura homenajear a un maestro que se perpetuó como tal principalmente por el cariño de sus alumnos y alumnas, quienes, gracias al trabajo en colaboración, lograron construir “un rincón de paraíso”.